Escuchamos el ritmo de una huella, después una milonga, una vidalita, y el pathos de un hombre abandonado. Estábamos en el sur, llovía, nos mirábamos, tomábamos vino en un refugio de algún lugar. Respirábamos la montaña, el olor a tierra mojada, la tristeza de Aguirre, ese aire nacional. Fue ahí, el viento nos partió a la mitad, teníamos frío, por favor, Sureño ya no más. Nos perdimos en las olas, en el cerro, ¿Donde estás? Nos dejamos con una canción, en el resonar de nuestras lenguas ahora soy hemiola, soy yo y medio más. Chica galáctica 💫